Las Prácticas Restaurativas - Un nuevo paradigma

En el año 1995, en Sudáfrica, se creó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, como Organismo Oficial que buscaba la justicia restaurativa con relación a los crímenes de lesa humanidad llevados a cabo en ocasión del apartheid sudafricano. La comisión fue encabezada por el arzobispo Desmond Tutu, quien fuera luego declarado Premio Nobel de la Paz por su labor. Este proceso tuvo como lema “sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no hay perdón”. Las confesiones y declaraciones por medio de las audiencias públicas, fueron el puente que les permitió a las víctimas y a los ofensores reconstruir una memoria oficial e histórica restauradora de la paz social.
Más allá del acuerdo, lo cierto es que los diálogos restaurativos permiten sanar las heridas provocadas por el conflicto. Se trata de experimentarlos, de vivirlos. El modelo sudafricano promovió un nuevo paradigma de justicia y de prácticas. Se trata de prácticas que dan la voz y el protagonismo a los actores principales del conflicto, que permiten la confesión y la reflexión sobre los propios actos. No funcionan los modelos basados en el castigo o las sanciones, ya que no permiten la restauración personal ni social.

Sudáfrica tenía dos caminos; dañar aún más y perpetrar la violencia, o sanar y restaurar las relaciones. El camino del perdón y el ciclo de la venganza nos llevan a posiciones antagónicas. Mientras que la venganza es cíclica y espiralada, la confesión y el perdón conducen hacia un camino de paz.

Desafíos

Pensar y trabajar en un nuevo paradigma de Justicia Restaurativa a través de prácticas restaurativas. Los círculos de diálogo en las aulas, familias e instituciones son el gran desafío que nos convoca de manera permanente a la modificación interna de nuestras maneras de comunicarnos. Todas las instituciones de la sociedad en general y especialmente en las educativas, debemos trabajar en la transformación de los viejos paradigmas para ver materializados nuevos modos de proceder que impacten de manera favorable en la vida cotidiana de las y los ciudadanos.