Si no muere, queda solo.

«Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.» (Jn 12, 24-26)


Este pasaje del evangelio de Juan se encuentra hacia el final del ministerio público de Jesús, luego de la entrada a Jerusalén y antes de que se acerque la Pascua.
Jesús ha descubierto un misterio en la vida y la muerte, en el ganar y el perder, en el servicio y el estar con el Padre.
La vida estalla cuando se entrega; entonces crece, se potencia, da más vida. Mientras pretendamos guardarla, retenerla, nunca encontrará sentido y la sentiremos vacía.Jesús, queremos aprender a caminar ligeros, sin miedo a cansarnos o a equivocarnos.
Ensanchá nuestro corazón para abrazar las dificultades y sentirnos libres de las cosas que nos cierran a tu amor y al amor de los hermanos.
Regalanos la alegría que hay en seguirte y servirte.
Te ofrecemos nuestros estudios, trabajos y esfuerzos por hacer las cosas de cada día con amor.