Jesús Aparece en el Mar y Salva a Refugiados
Un testimonio da cuenta cómo Jesús apareció en el mar a los refugiados que cruzaron el mar y calmó la tormenta – estos sobrevivieron al peligro y luego se convirtieron.
El testimonio de Erick Schenkel, director ejecutivo del Proyecto Filme Jesús ha sorprendido a muchas personas en Europa. Dice que su misión está trabajando en el discipulado de un grupo de refugiados que afirman haber visto a Jesús en el Mar Egeo.
El testimonio de Erick Schenkel, director ejecutivo del Proyecto Filme Jesús ha sorprendido a muchas personas en Europa. Dice que su misión está trabajando en el discipulado de un grupo de refugiados que afirman haber visto a Jesús en el Mar Egeo.
Impunidad vs. Justicia
El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios. (Miqueas 6:8)
Ya, en el siglo VIII antes de Cristo, Miqueas tenía muy claro lo que Dios deseaba del hombre y la mujer.
Miqueas vivía en Moreset; una zona rural, ubicada a 40 km al sudeste de Jerusalén; una región de fértiles colinas, aptas para los trabajos agrícolas. El conoció y compartió los sufrimientos de los pequeños campesinos, siempre expuestos a la explotación de los que porque tienen el poder en sus manos, codician terrenos y se apoderan de ellos; codician casas, y las roban. Oprimen al hombre y a su familia, al propietario y a su herencia ( Miqueas 2:1-2).
En ese contexto; bien conocido por Miqueas antes y por nosotros hoy, se nos recuerda que es lo que Dios espera de nosotros.
Ya, en el siglo VIII antes de Cristo, Miqueas tenía muy claro lo que Dios deseaba del hombre y la mujer.
Miqueas vivía en Moreset; una zona rural, ubicada a 40 km al sudeste de Jerusalén; una región de fértiles colinas, aptas para los trabajos agrícolas. El conoció y compartió los sufrimientos de los pequeños campesinos, siempre expuestos a la explotación de los que porque tienen el poder en sus manos, codician terrenos y se apoderan de ellos; codician casas, y las roban. Oprimen al hombre y a su familia, al propietario y a su herencia ( Miqueas 2:1-2).
En ese contexto; bien conocido por Miqueas antes y por nosotros hoy, se nos recuerda que es lo que Dios espera de nosotros.
¡Enséñanos a obedecerte humildemente, siendo fieles, leales y danos el valor para hacer justicia!
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