El lugar del pobre en la misión

por José Luis Lozano

Reflexiones sobre la misión en la vida de San Francisco de Asís
Efesios 5.16, Romanos 13.11, 2Corintios 8.9

Es obvio que desde la perspectiva protestante, mantenemos con Francisco una distancia respetuosa. Su visión de los sacramentos, su mariología, su relación con la iglesia y sumisión al papa, nos ubican en posicionamientos doctrinales diferentes. Sin embargo no deberíamos perder la oportunidad de conocer a este hombre cuyo ejemplo de vida, coherencia en su conducta, radicalidad de su opción y deseos de predicar el evangelio, aún hoy siguen perturbando nuestros oídos y conmoviendo a nuestro corazón.

Profetas del siglo XII

El movimiento misionero mendicante del siglo XII, entre los cuales estaba el de Francisco de Asis, tuvo un carácter laico y de protesta, motivado por una profunda insatisfacción de las estructuras eclesiales y sociales de su tiempo. Las opciones monásticas de separación, recogimiento y distanciamiento del mundo, cedieron paso a una nueva alternativa para intentar transformar la realidad.
El movimiento franciscano y otras órdenes religiosas hermanas como los Dominicos, Carmelitas y Agustinianos, fueron los que mejor supieron interpretar la difícil realidad eclesial y social que se vivía en Europa.

“El crecimiento de las ciudades y del comercio había dado origen a una nueva clase, la burguesía, que se mostraba cada vez mas pujante. El comercio y la artesanía comenzaron a sustituir a la tierra como fuente de riqueza. Esto a su vez estimuló a la economía monetaria, de modo que el dinero circulaba mas libremente…”1

El cambio de paradigma económico, la desigualdad social y el aumento de la pobreza, mostraban un panorama poco alentador.¿Qué hacer entonces?.
El compromiso con el pobre de la ciudad fue la nota distintiva del movimiento misionero iniciado por Francisco. Mientras que los antiguos monasterios estaban identificados con el sistema económico rural y feudal, el ministerio franciscano se desarrolló en medio de los pobres urbanos.
La difusión y el crecimiento de la primitiva comunidad cristiana alrededor de Francisco fue extraordinaria. Los cronistas de esa época señalan que aún antes de su muerte, los hermanos franciscanos llenaban el mundo y que no había una provincia en la cual no hubiese alguno de sus hermanos.
Francisco, supo reeditar la tarea misional del Reino de Dios. Su carácter particular de hermandad itinerante y su encarnación con los pobres de la ciudad, nos desafían hoy a repensar nuestro estilo de vida y nuestra misión.

Querido Señor, padre de Francisco y también nuestro, tu que siendo rico te hiciste pobre, ayúdanos a comprometernos con los pobres de nuestra ciudad y a priorizarlos en la misión de tu Reino.

1. Justo Gonzales, Historia Ilustrada del cristianismo: La era de los altos ideales, Caribe, Miami, 1978, tomo 4, p.121.

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