¿Diversidad o injusticia?

La ideología de los antivalores
por José Luis Lozano
Gavin Hubbard; ahora Laurel, en lo mas alto del podium, es hijo de Dick Hubbard, magnate de los cereales y exalcalde de Auckland. Es la primera mujer transexual que gana un torneo internacional de halterofilia en una competencia femenina.
Gavin Hubbard, venía participando en la categoría masculina sin mucho éxito, y decidió presentarse como mujer al campeonato e inscribirse en la categoría femenina. Desde hace seis años deseaba triunfar deportivamente y con las nuevas leyes promovidas por los ideólogos de género, pudo inscribirse en la competencia como mujer. Paradójicamente ni siquiera se tuvo que mutilar con una cirugía de “cambio de sexo”, simplemente manifestó su decisión y se identificó como mujer, ganó y hasta la felicitaron.

Garry Marshall, presidente de la Federación de Nueva Zelanda comentó: 
"Tenemos que seguir la política del Comité Olímpico Internacional y de la Federación Internacional de Halterofilia”. 

El nuevo colonialismo


La ideología de género, ahora en el deporte, también colonizó al Comité Olímpico Internacional (COI), quien permite que los transexuales se puedan ‘dopar’ con testosterona. 
A pesar de ser un anabolizante prohibido, ahora pasa a ser el indicador válido para que un hombre o mujer deportista que decide cambiar de sexo pueda competir con quien no son sus iguales por naturaleza de origen, descartando así el elemento vital, biológico y científico.
"Si yo estuviera en esa categoría no sentiría que compito en igualdad de condiciones. Incluso me plantearía para que hago deporte", comentó Deborah Acason, halterófila de la modalidad de 75 kgs.
¡Tal vez deberían desaparecer las categorías de hombres y mujeres! ¿No sería esto un nuevo abuso del hombre hacia la mujer? ¿Se estará volviendo la ideología de género contra las propias mujeres?
Lo cierto es que Laurel Hubbard podrá ser seleccionada por Nueva Zelanda para participar de los Juegos de la Commonwealth en 2018.

Como señala un amigo periodista; “Si no fuera por el daño que se hace a personas concretas, esta ideología perversa sería para no parar de reír”.

Referencias: