Un acompañamiento respetuoso y restaurativo
Dos discípulos caminan desilusionados. El Maestro que creían que los iba a liberar, ha muerto. Sus esperanzas se rompieron. Se alejan de Jerusalén, no solo físicamente, también espiritualmente. Se sienten perdidos.
Y entonces, Jesús se les acerca. Pero no se impone. No los sermonea. No se presenta con títulos. Se pone a caminar con ellos. Les hace preguntas:
¿Qué es lo que ha pasado?¿Por qué están tristes? —preguntó. (Lucas 24: 13-35)
Preguntas que abren la puerta de la restauración.
Los invita a narrar, a expresar, a sacar hacia afuera la carga. La pregunta abre el alma.
“Cuando compartimos la historia del dolor, empezamos a sanar.”
— Brené Brown
Jesús escucha todo. La decepción, el miedo, la confusión. No apura. No minimiza. No interrumpe. Se queda con ellos en ese estado emocional.
“Observó que estaban tristes” (Lucas 24:17)y les permite expresar esa tristeza.
Cuando acompañamos con mirada restaurativa, habilitamos emociones que estuvieron silenciadas por mucho tiempo. Sentir no es debilidad. Es conexión. Es humanidad.
A medida que Jesús camina con ellos y los escucha con interés restaurativo, les devuelve la esperanza. Les recuerda lo que habían olvidado. Les habla con claridad. Les explica. Y cuando llegan a destino, algo ha cambiado.
Ellos no quieren que se vaya.
Le piden: —Quédate con nosotros.
“No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba por el camino…?”
— Lucas 24:32
La sanación comienza cuando alguien camina a nuestro lado y con preguntas simples y profundas, nos permite expresar y así nos ayuda a despertar y a recuperar la esperanza.
Reflexión final
Jesús caminante,
acompañanos en nuestros Emaús,
cuando nos alejamos por miedo, por tristeza o confusión.
Enseñanos a escuchar como Vos,
a preguntar sin juzgar,
a acompañar con paciencia.
Que sepamos abrir caminos de sanación
con una pregunta oportuna,
una escucha sincera,
y una esperanza compartida.
Y entonces, Jesús se les acerca. Pero no se impone. No los sermonea. No se presenta con títulos. Se pone a caminar con ellos. Les hace preguntas:
¿Qué es lo que ha pasado?¿Por qué están tristes? —preguntó. (Lucas 24: 13-35)
Preguntas que abren la puerta de la restauración.
Los invita a narrar, a expresar, a sacar hacia afuera la carga. La pregunta abre el alma.
“Cuando compartimos la historia del dolor, empezamos a sanar.”
— Brené Brown
Jesús escucha todo. La decepción, el miedo, la confusión. No apura. No minimiza. No interrumpe. Se queda con ellos en ese estado emocional.
“Observó que estaban tristes” (Lucas 24:17)y les permite expresar esa tristeza.
Cuando acompañamos con mirada restaurativa, habilitamos emociones que estuvieron silenciadas por mucho tiempo. Sentir no es debilidad. Es conexión. Es humanidad.
A medida que Jesús camina con ellos y los escucha con interés restaurativo, les devuelve la esperanza. Les recuerda lo que habían olvidado. Les habla con claridad. Les explica. Y cuando llegan a destino, algo ha cambiado.
Ellos no quieren que se vaya.
Le piden: —Quédate con nosotros.
“No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba por el camino…?”
— Lucas 24:32
La sanación comienza cuando alguien camina a nuestro lado y con preguntas simples y profundas, nos permite expresar y así nos ayuda a despertar y a recuperar la esperanza.
Reflexión final
Jesús caminante,
acompañanos en nuestros Emaús,
cuando nos alejamos por miedo, por tristeza o confusión.
Enseñanos a escuchar como Vos,
a preguntar sin juzgar,
a acompañar con paciencia.
Que sepamos abrir caminos de sanación
con una pregunta oportuna,
una escucha sincera,
y una esperanza compartida.
Amén
Autor: José Luis Lozano